miércoles, 11 de marzo de 2009

RECUERDOS


La cadera izquierda aún recuerda el peso de la vaina cruzada. Desde aquel día ya nada volvió a ser igual. Hay cosas que es mejor no conservar. Yo las conservo casi todas. La vaina, ahora llena y tantas veces hueca. La espada curva y en punta, de un solo filo, que ahora llena la vaina y que tantas veces estuvo fuera, en reposo latente, en preparación. La piedra de afilar, que con tanto esmero utilicé durante meses.

Todo esto lo conservo a buen recaudo, los ejercicios fisicos y procesos mentales, y las cicatrices de mi corazón, que nada de esto que hice y que conservo podrá borrar. Dejé que se fueran la ira y el deseo de venganza. Fué casi de forma pasiva, pacífica. Si hubiese intentado echarlos seguramente no habría podido. Conservo su recuerdo. Aunque quisiera, seguramente no podría dejarlo, y no quiero.

Conservo algo de la imagen de mi antes y después. Lo que tengo soy yo ahora.


Imagen de eddmorales.blogspot.com