Hay demasiado ruido, demasiados codigos, demasiados ojos y oidos pendientes de sí mismos o de lo que otros ojos y oidos puedan ver y escuchar de ellos. Uno debe estar en el mundo, no puede dormirse, quedarse en su cajón.
Hay demasiada cafeina, demasiados coches, demasiados canales de televisión, demasiadas voces hablando a la vez, demasiados gritos con afan de ser oidos, demasiados enemigos como para unirse en contra de ellos.
Hay demasiadas pastillas para dormir, demasiados antibióticos mal usados, demasiados hipocondriacos, demasiados enfermos que creen no estarlo, demasiada exigencia hacia el otro. Uno tiene que buscar su deber por si solo, y cumplirlo.
Hay demasiadas armas, demasiado veneno, demasiada codicia, demasiado idealista teoricista juzguista, demasiados hijos sin madre, demasiadas madres sin hijos, demasiados diplomáticos, demasiados sacos de dinero debajo de las mesas.
Hay demasiados artistas, demasiados hijos del bienestar, demasiados desposeidos, demasiados alternativos sin alternativas, demasiados fans, demasiado excepticismo. Uno debe encontrar su verdad, creer en sí mismo para poder creer en algo más.
Javediosalá, nunca hay demasiada fe, ni demasiada esperanza, ni demasiada voluntad, ni demasiado calor, ni demasiada vergüenza, ni demasiada entrega, ni demasiado compromiso, ni demasiada dignidad, ni demasiado respeto.
Hace 2 días