lunes, 17 de marzo de 2008

Pues ¿como no?...

La vieja escuela, la que existe desde antes de mi, la que pesa por si sola, esa que amo más de lo que creía, y a la que me toca honrar y sostener, y apoyarme en ella para crecer, esa vieja escuela que me dió la vida y me hizo grande desde que era un enano, es la que hoy se hace joven conmigo y me da su mano, y me pide de muchas maneras que me quede con ella aunque deba también seguir mi camino. Me quedo.

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